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teoría 12.07.2025

Zonificación en el almacén


Durante su “ciclo de vida” en el almacén, las mercancías pasan por una serie de etapas:

recepción, almacenamiento, ensamblaje, empaque, expedición, etc.

Es extremadamente importante que en cada etapa las mercancías estén donde deben estar.

Es inaceptable que:

  • mercancías que aún no han sido aceptadas terminan en la estantería de almacenamiento,
  • un pedido no ensamblado termina en el empaque,
  • un pedido que no ha sido enviado termina en un camión.

Para evitar tales errores, el almacén se divide en zonas funcionales:

  • zona de recepción,
  • zona de almacenamiento,
  • área de clasificación,
  • empaque,
  • envío, etc.

La división puede ser:

  • condicional — cuando las zonas se forman de forma natural, sin límites evidentes,
  • física — con la ayuda de estanterías, paredes, marcas, señales y otros puntos de referencia visuales.

Con frecuencia se habla de esto “parece que todo está claro de todos modos” — y el tema permanece subestimado:
las zonas surgen de forma espontánea, no hay suficiente espacio, “todo funciona de todos modos”.

Pero es la zonificación adecuada la base de una logística fiable y segura.
Si solo vas a lanzar un almacén o planear rediseñarlo, presta especial atención a la zonificación. Esto es lo que afecta a todo: desde la velocidad de montaje hasta el número de errores y pérdidas.

Las zonas deben planificarse no "por intuición", sino basadas en el movimiento de mercancías (flujo de mercancías).

Anteriormente, di un esquema estándar: aceptación → almacenamiento → ensamblaje → embalaje → envío.

Esta puede ser tu base, o puedes desarrollar la tuya, adaptada a:

  • características del almacén,
  • especificaciones del producto,
  • rutas reales de los empleados.

Lo principal es que cada movimiento de mercancías dentro del almacén sea lógico, controlado y predecible.